Qué es el tickling y por qué cada vez está más de moda
Poco a poco el término se está poniendo de moda, pero pocas personas saben qué es realmente el tickling. Pero para esto estamos aquí, con la ayuda de nuestras expertas te vamos a mostrar información sobre este término, el cual está relacionado con el mundo de las cosquillas.
¿Qué es el tickling?
Cuando hablamos del tickling, realmente hablamos de un término que hace referencia a las cosquillas eróticas. Esas cosquillas pueden realizarse en cualquier momento de la relación sexual. Eso quiere decir que podemos optar por hacerlas antes, durante o después del sexo. A cada persona le gusta hacerlo en un momento determinado. Eso sí, es importante recordar que no a todo el mundo le gustan.
Por otra parte, es importante tener en cuenta que no hablamos de unas cosquillas normales, sino que son un poco más calientes a través de las cuales se busca el erotismo y la excitación.
Como nos comentan las escorts, las cosquillas en muchas ocasiones son perfectas para explorar y en consecuencia descubrir zonas que de otra manera no se conocerán.
A la hora de analizar el cuerpo de una persona, nos damos cuenta de que la piel es el órgano más grande. Eso hace que conocerlo a fondo sea complicado. Pero las cosas cambian con el tickling, debido a que gracias a esta técnica es un poco más fácil explorar y experimentar. Sin lugar a dudas, las cosquillas son una herramienta muy eficaz que usadas correctamente pueden dar muy buenos resultados.
¿Cómo se puede practicar el tickling?
Para poder sacarle el máximo partido al tickling es fundamental realizar la estimulación adecuada. Y para conseguir realizar esa estimulación es fundamental realizar pequeñas caricias sobre las diferentes partes de la piel.
A la hora de realizar las cosquillas, las mismas las puedes realizar con las manos, pero también puedes usar otras herramientas para realizarlas con diferentes intensidades. Así será más fácil conseguir que la persona pueda disfrutar de experiencias diferentes. Por ejemplo, puedes usar pañuelos, telas, plumas… Hay muchas opciones entre las que elegir, lo importante es crear diferentes experiencias. Dicho esto, pasamos a mostrarte cómo ponerlo en práctica.
1- Pregunta antes de poner en práctica el tickling
Un error de muchas personas es comenzar a hacer cosquillas sin preguntar a su pareja. Decimos que es un error porque no a todo el mundo le gusta esta técnica. Por ese motivo, para evitar problemas y enfados te recomendamos preguntar a tu pareja si realmente le gustan las cosquillas.
Si te comenta que no le gusta, independientemente del motivo, entonces te recomendamos optar por otra práctica que puedes encontrar en nuestro blog. Si tienes la suerte de que a tu pareja le gusten las cosquillas, entonces puedes optar por esta técnica. Sin lugar a dudas será una manera de excitarla sin usar los tradicionales remedios.
2- Intenta recorrer todo el cuerpo
Cuando hacemos cosquillas y estimulamos la piel a través de diferentes experiencias no debemos centrarnos únicamente en las mismas zonas. Siempre hay que prestar atención a todas las zonas posibles para que la experiencia pueda ser la más completa posible. Para que te hagas a la idea, en muchas ocasiones nos olvidamos de las nalgas, brazos, nariz, labios… Recuerda estimular al máximo para que la experiencia sea la esperada.
Por otra parte, mientras usas esta técnica te recomiendo analizar la reacción de tu pareja. Podrás ver cómo en unas zonas reacciona más y en otras menos. Cuando aprendas las zonas en las cuales reaccionas más, te será más fácil centrarte en ellas. Pero una vez más recomendamos no olvidarse de ninguna zona.
3- Cambia las sensaciones
Para evitar que el placer de las cosquillas pase a ser monótono y en consecuencia aburrido te recomendamos ir cambiando las sensaciones. Por ejemplo, puedes añadir un vibrador a la experiencia o usar un soplido. Lo principal es no caer en la monotonía. Sorprender es realmente importante.
4- Cambia la intensidad y los movimientos
Es muy importante ir cambiando la intensidad y los movimientos. Una vez más recomendamos ir variando para evitar el temido aburrimiento. Es importante tener intensidad para que la otra persona siga disfrutando del tickling que está recibiendo.
5- No te olvides de los genitales
Cuando usamos la técnica de las cosquillas podemos pensar que es un juego inocente, pero tiene oculto la excitación. Cuando una persona comienza a hacer cosquillas, en la gran mayoría tiene un fondo oculto, llamar la atención y en muchas ocasiones conseguir un fin excitante. Supongamos que un amigo comienza a hacer cosquillas a una amiga. Lo que en principio puede parecer un juego, puede ser más que un juego.
A través de las cosquillas lo que siempre buscamos es despertar todos los sentidos. Por ese motivo, si el juego de las cosquillas evoluciona, no debes olvidarte de estimular otras zonas erógenas. Por supuesto, serán de las últimas en ser estimuladas debido a que se deberán realizar cuando la temperatura ya ha subido. Lo importante es que ambas partes podáis disfrutar de sensaciones nuevas. Y una vez más recordamos, esta técnica solo la deberás usar en las personas que no odien las cosquillas.
6- Evita ser repetitivo
Para que la experiencia sea realmente placentera lo mejor que puedes hacer es optar por ir cambiando las técnicas, intensidades, movimientos… Esto no solo lo decimos para evitar ser repetitivos durante la primera experiencia. Si vas a apostar en más de una ocasión por el tickling para estimular a tu pareja, no hagas siempre lo mismo. Si usas siempre la misma técnica, tu pareja terminará por aburrirse.
A la hora de hacer el tickling podemos ir variando, realmente hay muchas opciones a través de las cuales sorprender a la pareja. Y por supuesto, puedes ir variando de técnica en cada estimulación sexual. Evita usar siempre el tickling porque en poco tiempo podría parecer una opción aburrida.